Viendo por Encuentro un especial del pensador francés siento como me hipnotizan sus largas y manicuradas uñas que serían la envidia de Alejandra Pradón. A pesar del impacto visual que producen, Gilles D. no tiene el carisma ni el sex -appeal de Foucault. Sus uñas de chulo palero (faltaba que tenga los pulgares pintados de rojo para completar el look) no garpan como icon.
Como me gustaría que esas uñitas se materialicen desde el más allá y le hagan un rasqueteado prostático a José Pablo F., así le gritamos " las uñas de delush las tenés adentro!". Tanto no le va doler, total si piensa en los K ya se le abre la colita.