jueves, 26 de agosto de 2010

Triángulo de amor bizarro: Vos, tu novio y yo



Un homenaje a tres referentes mortadelarios, la Clotta Lanzetta, Peter Pank y New Order




Me gusta el fiambrero de mi barrio. Sé que yo también le gusto, me lo demuestra cuando me regala Mondiola premium de Paladini o me guarda un ejemplar de la Diorama (su fiambrería publicita en la revista, es re hipster).


Creo que lo ha enamorado mi aire a ama de casa desesperada con musculosita de Ramones y uñas hot pink flúo rabioso. Lo habré cautivado con mi onda de chica de las novelas de Manuel Puig, que sale a hacer las compras por el rioba en ojotas pero con la manicure intacta.
Pero... este post no tendría sentido sin su dosis de drama. Tengo una contrincante: Betty, la coiffeur travesti de al lado del local de mi chongo. Su peluquería tiene un cartel disain con faltas de ortografía que me fascina. Ella es poseedora de una belleza exótica de cancha. Más que una amazona, una macho que con la belleza híbrida de su género (además de sus tetas de aceite de avión y sus extensiones rubias) había seducido a mi friambrerito.
Según el concilio de viejas al pedo de mi cuadra (la modista, la dueña de mi pensión y la almacenera macumbera) el trava y mi chonguito eran pareja de larga data. Ella había sido su primer hombre y ya sabemos que con el primero que te hace la cola se crea un vínculo indeleble. Incluso ahora con todo lo del matrimonio igualitario estaban pensando en comprar un bebé en la Triple Frontera.
Con razón la mina puso su local pegado a la fiambrería, como para tenerlo vigilado de las conchas de toda edad, tipo y color que lo andaban rondando, conchas buitras voladoras. Ya se sabe lo peligrosa que es un ama de casa en celo. Es capaz de cualquier cosa.
Igual me las arreglé. Conseguí el mail de la fiambrería que había salido publicitada en Macedonia y empezamos a chatear. Una nochecita tomé valor y fui a comprarle un poco de mortadela para hacerme unos sambuches y acompañarlos con té mientras miro " Sin tetas no hay paraíso". Cuando nuestras miradas se encontraron fue "un shock eléctrico",diría La Prohibida.
Así empezaron nuestros encuentros furtivos, iba a hacer las compras feliz y terminábamos cogiendo atrás de la heladera exhibidora. Ahora veo el loguito de Paladini y me mojo toda.
Duró poco lo nuestro. Una tarde 25 travestis enanos peruanos hicieron un piquete de huevos depilados frente a mi casa. Un espectáculo digno de Policías en Acción. Ya me veía con el rostro desfigurado por uñas esculpidas y siendo empomada por los 25 travas enardecidos cual hinchas de Lipton. A la cabeza estaba Betty. A que ustedes no se le paran de mano a una estatuilla inca con peluca! Con una nuez de Adán que te saca un ojo!
"Dejá de meterte con marido ajeno, hija de puta!", coreaba la barrabrava travesaña. El barrio ya tenía su versión de la pelea entre la hija de Susana y la melliza petardo. Esto era Pampita vs Macedo.
Para zafar del linchamiento les dije que la poli estaba por llegar. Entonces rajaron, sabían que hasta que no se mamasen toda la séptima no las iban a largar.
Betty había descubierto un faltante de mortadela en el negocio del marido y sospecho, había sido. Escupiendo furia amenazó con empalarlo con un salame gigante y el vago cantó.
Después del watdafakazo de mi vida les tendría que aconsejar a todas las gatitas calientes que leen Mortadela Glamour que no se metan con macho ajeno,pero no, mándenle igual pero elijan un señor inteligente, más tirando a Facha Martel. Igual, como buena mortadelaria; no se imaginan lo lindo que es garchar entre embutidos y quesos gourmet!